Se desconoce la fecha de su edificación, pero en el siglo XV Rodrigo de Luna impulsa su reconstrucción. En la puerta de la fachada este, antigua entrada, el relieve representa el bautismo de la reina Lupa por parte del Apóstol. El interior de la ermita consta de un único altar presidido por la imagen pétrea de Santiago, erosionada en los dedos y manos debido al roce de los peregrinos durante siglo... [+ info]
Se desconoce la fecha de su edificación, pero en el siglo XV Rodrigo de Luna impulsa su reconstrucción. En la puerta de la fachada este, antigua entrada, el relieve representa el bautismo de la reina Lupa por parte del Apóstol. El interior de la ermita consta de un único altar presidido por la imagen pétrea de Santiago, erosionada en los dedos y manos debido al roce de los peregrinos durante siglos. En sus cercanías hay un grupo de rocas y en el centro del conjunto de los 10 grandes batolitos, destaca la figura de Santiago sobre una peana.
En el siglo XVI, los peregrinos subían las rocas de rodillas rezando en cada uno de los escalones y finalizaban el rito pasando a través de ellos.
La creencia popular asegura que si no se recorren de vivo, se hará de muerto. Además cada uno de los tres huecos recibe un nombre: infierno, cielo y purgatorio. La tradición popular se los atribuye al Apóstol para librarse de sus perseguidores, asegurando que la piedra cedió para que Santiago pudiera agachar en ella su cabeza y brazo derecha.