Longitud de la ruta:17 km.
Duración:3 horas y 45 minutos (aproximadamente).
Tipo:Circular.
Dificultad:Baja.
Inicio y Fin:Comienza y finaliza en Alange.
Época:Primavera, Otoño e Invierno.
Recomen... (más +)
Longitud de la ruta:17 km.
Duración:3 horas y 45 minutos (aproximadamente).
Tipo:Circular.
Dificultad:Baja.
Inicio y Fin:Comienza y finaliza en Alange.
Época:Primavera, Otoño e Invierno.
Recomendaciones:Llevar calzado adecuado, ropa cómoda y ligera. No olvidar prismáticos ni cámaras fotográficas para la observación de aves.
La ruta parte de laOficina de Turismo, donde se indicará como llegar hasta el lugar de comienzo del corredor situado cerca del cruce de la carretera, que nos llevaría a Mérida y donde podrá encontrar información de dicha ruta.
Partimos de una zona con paisaje de cultivos de regadíos, como maíz y tomates, y tomamos dirección río Matachel. Una vez nos hemos empapado de todo tipo de cultivos de esta parte de los regadíos extremeños alcanzamos el río. A esta altura podemos dejar un instante nuestra ruta y, girando a la izquierda, visitar una ermita y su entorno. De vuelta al recorrido señalizado tendremos la posibilidad de caminar, bien por la perfecta pista que nos acompaña en el trayecto bien haciendo algunos tramos entre bosques de riberas muy accesibles en esta parte del Matachel. Pasear entre fresnos y sauces con la corriente a nuestra vera es una de las mejores sensaciones que nos podemos llevar de la naturaleza de esta zona ribereña.
Al igual que en las otras rutas, hay que señalar en este espacio entre Guadiana y Matachel las aves de ribera con sus espectaculares cantos, que pueden ser el mejor compañero de camino. La sintonía que nos regalaran oropéndolas, ruiseñores, tanto común como bastardo, carriceros comunes o tordales, zarceros comunes y currucas acompañan a otra de las especies que nos sorprenderá si paseamos cerca de la orilla por este primer tramo de la ruta por el Matachel: la golondrina común apostada por decenas en las ramas que cuelgan buscando la luz del centro del cauce.
Evidentemente tendremos en cuenta la época del año en que hagamos la ruta, el invierno nos roba tanto a estos bellos pájaros como a otros, pero lo compensa con la venida de los noreuropeos. Garzas y limícolas pueden contemplar la fauna ornítica del recorrido por este tramo.
La ruta nos irá separando del cauce como queriendo castigarnos con el apagado de los cantos, pero tal vez lo único que quiera es mostrar esa exuberancia de los cultivos cautivos forzosamente de este sistema fluvial por el que paseamos. Será solo un paréntesis antes de volver al cauce a la altura de un molino harinero conocido con el nombre de Rabia y que está perfectamente identificado e interpretado a través de la señalética. Por suerte, no será el único que podremos disfrutar en la ruta.
Continuamos por la margen derecha hasta cruzar el río por un badén a la otra orilla, buscando poco después alejarse para conocer algo de la implantación del regadío. Estaremos rodeando el cerro Alajón para irremediablemente volver al rey de la ruta, el río Matachel. En este último tramo por la orilla izquierda, pasaremos por zonas hortícolas que dan idea de la calidad de estas tierras. La orilla vuelve a deleitarnos con el mismo bosque galería del comienzo, no en vano estamos en el mismo tramo de río solo que en la otra orilla. Nos encontraremos con una zona de descanso muy cerca de los restos de un antiguo pozo que aún conserva parte de la maquinaría para extraer agua.
Volvemos a cruzar el río a la altura de la ermita y, por el mismo camino por el que vinimos, regresamos al punto de partida para finalizar este trayecto.
Este último tramo, lejos de parecer repetitivo, se nos revelará diferente ya que el sentido en que andamos nos coloca la sierra y el imponente castillo de Alange como absolutos protagonistas. Debemos prestar atención también a las aves que este espacio rocoso nos brinda ya que podremos contemplar tipos muy diferentes a las que hasta ahora nos han acompañado como grandes rapaces, incluido el Águila Azor. Si tras la caminata nuestro cuerpo lo que nos pide es relajación, nada mejor que el balneario de origen romano que centra buena parte de las vistas turísticas de la zona.
**Informar al visitante que la señalización se pierde en algunos tramos.
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