Terminadas las conquistas romanas, la importancia económica y estratégica de la provincia Lusitana y su vecindad con la más romanizada Bética, empujó a Roma a una lógica construcción y ampliación de ... (más +)
Terminadas las conquistas romanas, la importancia económica y estratégica de la provincia Lusitana y su vecindad con la más romanizada Bética, empujó a Roma a una lógica construcción y ampliación de calzadas.
Fruto de estas construcciones tan necesarias para la buena administración romana de Lusitania, nacería el itinerario Augusta Emerita, la actual Mérida, con Asturica Augusta, hoy Astorga, y hacia el sur con la capital de la Bética: Hispalis, la actual Sevilla, foco principal de la romanización peninsular.
A esta calzada romana, recogida por el Itinerario de Antonino entre los siglos II y III d. C., se le llamaría con distintos nombres a través de los tiempos, conservando en la actualidad el conocido, durante la ocupación árabe, es decir, Vía de la Plata, que proviene del término balat, que viene a significar pavimento.
Después de la caída del Imperio Romano, la calzada sirvió para la penetración de los pueblos con pretensiones invasoras. También como vehículo difusor del Cristianismo en la península.
El descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago, sirvió para que millones de peregrinos, de todas partes del mundo, lo utilizaran para visitar la tumba. Desde ese momento la Vía de la Plata, tuvo un significado muy especial para aquellos que desde el sur peninsular, peregrinaban por el Camino Mozárabe hasta Santiago de Compostela.
Villafranca de los Barros, es paso obligado de cientos de peregrinos, que cada año, deciden realizar el Camino Mozárabe de Santiago o la Vía de la Plata, que une Sevilla con Santiago de Compostela.
Este recorrido compuesto por 1.000 Kms. de caminos, que a lo largo de los siglos han sido protagonistas de gran parte de la historia y de la cultura de la humanidad.
La opción más repetida a la hora de hacer el Camino de Santiago es a pie, aunque un número importante de personas prefieren hacerlo en bicicleta, e incluso algunos a caballo. Andando se tarda aproximadamente un mes. Las etapas en las que se divide la ruta, son treinta y cuatro, partiendo desde Sevilla hasta Santiago de Compostela.
Itinerario de la etapa de Zafra a Villafranca de los Barros. 20.7 km
Se sale de Zafra por el camino viejo, tomando como referencia la torre de San Francisco, el único resto de un antiguo convento del siglo XV, es la referencia que queda a la derecha, pasamos junto a ella y a una urbanización para coger el camino que asciende, entre propiedades particulares, hasta la Sierra de San Cristóbal. Bajamos por un pinar hasta la misma entrada de Los Santos de Maimona, que se encuentra a cinco kilómetros del punto de partida.
Entramos por la calle Zafra y continuamos hasta la plaza de España. Aquí, frente al Ayuntamiento, se sitúa la Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, que rodeamos por la izquierda para pasar junto a su portada plateresca. No hay que perder de vista el rastro de las flechas amarillas que nos llevan a cruzar la carretera EX – 364 y a continuar por las calles de la localidad.
Abandonamos Los Santos de Maimona cruzando el puente sobre la Ribera del Rio Robledillo. A nuestra derecha, a más de un kilómetro, los trazados del ferrocarril y de nuestra inseparable N-630. Por delante, un largo tramo de vides y antiquísimos olivos. Pasaremos – kilómetro 12 de etapa - junto al desvío hacia una antigua almazara, convertida en albergue turístico, aunque actualmente cerrada. Más adelante llegamos hasta el cruce con el camino de Ribera del Fresno o de los Moros. Giramos por él hacia la derecha buscando las vías del ferrocarril y la N-630. Caminamos por su arcén unos metros, pasando bajo el puente de la autovía, y abandonamos la carretera por un camino bien señalizado que nace a la derecha.
Dejamos atrás la nacional y volvemos a girar a la izquierda para, ya sin cambios de dirección, avanzar cuatro kilómetros hasta Villafranca de los Barros.
Entramos en esta localidad, por una carretera autonómica y, guiándonos por los azulejos decorados con la vieira amarilla, la recorremos por las calles de las Caballeras, Zurbarán, Martínez y Larga para llegar hasta la plaza donde se asienta la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Valle, recientemente declarada como Bien de Interés Cultural. Pasamos por la Plaza de España, en la que se ubica el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo. Subimos por la calle Santa Joaquina, plaza Corazón de Jesús y calle Calvario para llegar hasta el Santuario de Ntra. Sra. la Virgen Coronada. A mano izquierda cogemos la calle de San Ignacio, pasamos por delante de la entrada del impresionante Colegio jesuita San José. Centro de educación concertada que dispone de un servicio especial de acogida a los peregrinos, ofreciéndoles la posibilidad de sellar allí la credencial, o visitar la magnífica capilla neogótica. Saliendo pasamos por delante del Instituto Meléndez Valdés. Cogemos el camino y, setecientos metros más adelante, cruzamos la carretera BA-6004. Seguimos, rodeados por olivares y viñedos.
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