La villa, construida en 1891, marca el límite de las playas Almadraba y Voramar. Realizada en ladrillo “caravista”, es una de las casas más peculiares del paseo. Llama la atención su estructura simétrica y eclesial y, también, su gran jardín. Éste sirvió de escenario para la celebración de las mejores fiestas de la época, que llegaban a contar incluso con juegos florales. Además, el edificio ha al... [+ info]
La villa, construida en 1891, marca el límite de las playas Almadraba y Voramar. Realizada en ladrillo “caravista”, es una de las casas más peculiares del paseo. Llama la atención su estructura simétrica y eclesial y, también, su gran jardín. Éste sirvió de escenario para la celebración de las mejores fiestas de la época, que llegaban a contar incluso con juegos florales. Además, el edificio ha albergado a inquilinos de muy diferente índole: las monjas oblatas, que fijaron aquí su residencia durante un tiempo, los brigadistas de la Guerra Civil, que la utilizaron como comedor, y los clientes del restaurante que se estableció aquí en los últimos años.