La casa donde se ubica esta ermita es el tradicional caserón rural vinculado a una explotación agrícola que cuenta entre sus dependencias más significativas, en parte del amplio vestíbulo, la cocina-vivienda, el patio y la cuadra, todos ellas en la planta baja; y las habitaciones, el comedor y la cámara están en la planta superior, con un espacio importando, a nivel del acceso para el oratorio, que ha significado para la población, el emplazamiento de las imágenes de los Santos Abdón y Senent; de tradicional devoción popular entre la población de l'Alqueria de la Condesa como protectores de la agricultura.

Por este motivo, la ubicación del dedo Oratorio-Ermita, queda situado en la planta baja con acceso independiente desde el exterior, para facilitar la entrada y las visitas de la población, constituyendo, pues, el eje del antiguo Porrat que, en honor a los Santos, se celebra la segunda semana de septiembre.

El edificio ha sufrido a lo largo del tiempo ciertas transformaciones, a pesar de las que, no han supuesto la completa desfiguración de la tipología original típica de este tipo de edificaciones rurales. Inmediato al acceso principal, nos encontramos con el ancho vestíbulo que define por medio de un arco rebajado la primera crujía que arranca la escala principal de acceso a la planta superior. Aprovechando la vuelta de esta, se habilita una despensa. Traspasando dedo arco se sitúa la ancha hogar-cocina con una chimenea de considerables dimensiones que ocupa todo el ancho de esta, habiéndose habilitado dos pequeñas habitaciones con accesos abiertos por bajo de la ancha campana de recogida de humos. Hay una tercera habitación situada detrás de la escala principal que da acceso desde el interior de la casa en la capilla o ermita. A continuación de la segunda crujía se abre el gran patio de la casa rodeado de un muro macizo.

A continuación de la segunda crujía se abre el gran patio de la casa rodeado de tapia-muro macizo de una altura igual al de la planta baja. En dedo patio encontramos cuadros de dos crujías definidas por tres arcos carpaneles sobre los que se sitúa el dormitorio donde se repiten los arcos, en este caso, de medio punto. También aparecen las restos de las pilastras que sustentaban el tradicional parral, protegiendo el acceso al patio desde el interior de la casa. Según describe Vicent Gracia en el libro de fiestas de 1996, en la segunda navada, encontramos una estancia ancha con la hogar al fondo. En la pared que da en el patio, están practicados unos vacíos, un por acceder en el pozo y poder tener agua fresca, y otro donde se depositaban las jarras, para que no estuvieran por los suelos. En la pared de enfrente hay un arco que da acceso a una habitación, que probablemente, cuando se debió construir la capilla, hacía los efectos de sacristía, pues por ella se puede acceder en la capilla.

Podemos aventurar que esta construcción se debió hacer al siglo XVII o principios del XVIII. La capilla presenta el altar-retablo sobre una grada de pequeña altura. A unos de los laterales de el acceso exterior se conserva una de las dos piletas de aiua bendecida. Asimismo se conserva en el lateral derecho el pequeño púlpito elevado de madera.