Ubicado en una antigua casa chacinera de principios del siglo XX, este museo etnográfico se centra en la actividad económica principal de la localidad que le daría especial fama en los siglos XVIII y XIX. El museo permite conocer una casa típica de Candelario con elementos tan singulares como las regaderas o la batipuerta. [+ info]

Ubicado en una antigua casa chacinera de principios del siglo XX, este museo etnográfico se centra en la actividad económica principal de la localidad que le daría especial fama en los siglos XVIII y XIX. El museo permite conocer una casa típica de Candelario con elementos tan singulares como las regaderas o la batipuerta.
Las tres plantas de la casa están decoradas con multitud de objetos etnográficos y en su interior es donde más y mejor se puede conocer cómo se fueron transformando las casas de Candelario para las labores chacineras. De arriba abajo distribuían sus espacios para facilitar un trabajo que santificaban con el humo de las cocinas, mientras el aire de las calles de Candelario se impregnaba de un delicioso aroma imposible de esquivar.
Pero por las calles de Candelario además de aire fresco y olor a embutido lo que corre a mares es el agua. Su utilización y desarrollo se relaciona con el proceso de la matanza, de manera que el agua necesaria para mantener la higiene en las labores alcanzaba prácticamente a toda la población. Si algo sabe de verdad en este pueblo del sureste salmantino son sus chorizos, una tradición que comenzó a cobrar auge en el siglo XVIII. Y la culpa de todo ello la tuvo el Tío Rico. El mismo que los hermanos Bayeu inmortalizaron en unos tapices destinados a colgar de las paredes del Palacio Real.
Mucho antes había acontecido un hecho fortuito y fue que el Tío Rico, vendedor ambulante de chorizos y embutidos, fue a darse de narices con el rey Carlos IV mientras este andaba de cacería en Gredos. Intrigado por la mercancía, el rey pidió probar uno de sus chorizos de tal manera que quedó convencido de haber probado uno de los mejores de España. Tanto, que el propio Tío Rico acabó convertido en proveedor de la Casa Real y el embutido de Candelario encumbrado.
Destacan sus recursos audiovisuales y, sobre todo, las representaciones teatralizadas de la actividad chacinera y de la vida tradicional.
Entrada: Adultos: 4,5 €/persona. Menores de 12 años: 3,50 € / persona. Menores de 8 años: gratuito. Grupos de más de 20 personas. Adultos: 3,5 € /persona. Menores de 12 años: 3 € / persona.