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La Iglesia conventual del Buen Suceso de la Orden Tercera de los Padres Carmelitas, es el único vestigio que ha llegado a nuestros días del Hospital del Buen Suceso o de Convalecientes. Los orígenes del templo nos remontan a una ermita situada en el barrio de la Morería, en la llamada plazuela de la Castaña.